10 costumbres tarijeñas que están desapareciendo (y deberíamos rescatar)
En medio del avance de la tecnología, el ritmo acelerado de la vida moderna y la globalización, hay ciertas costumbres tarijeñas que poco a poco están quedando en el olvido. Son esos pequeños rituales cotidianos que definían nuestra identidad, que nos conectaban entre vecinos, entre generaciones, con la tierra y con nosotros mismos. Hoy queremos recordarlas, celebrarlas y —quién sabe— inspirar a que algunas vuelvan.
1. La siesta sagrada después del almuerzo
En muchos barrios, especialmente los más tradicionales, entre las 13:00 y las 15:00 reinaba el silencio. Calles vacías, negocios cerrados y un respeto tácito por el descanso. Hoy, con horarios corridos y vida digital, esa pausa mágica se va desvaneciendo.
2. Los juegos callejeros de la infancia
Bolita, escondidas, la cuerda, la liga, el trompo… Los niños jugaban en la calle hasta que caía el sol y las madres gritaban desde la puerta. Ahora, con celulares y tablets, las calles están en silencio, y esos juegos son casi arqueología urbana.
3. El saludo largo y lleno de historia
Antes, saludar no era solo decir “buen día”, era detenerse a conversar, a contar un poco de la vida, a preguntar por la familia. Ese contacto humano, cálido y detallista, se ha ido reemplazando por saludos fugaces o emojis por WhatsApp.
4. Las visitas sin previo aviso
Ir a visitar a alguien con solo tocar la puerta, llevando pan, frutas o simplemente ganas de charlar, era común. Hoy nos acostumbramos a “avisar antes” o a no visitar directamente. Esa espontaneidad tan chapaca se está perdiendo.
5. La cocina con leña o carbón
Nada como el sabor de un saice o un picante cocinado a leña, con ese aroma inconfundible. Aunque sigue viva en algunas casas del campo, en la ciudad la cocina moderna ha ido desplazando esta tradición sabrosa y ancestral.
6. Las serenatas con guitarra al pie de la ventana
Antes, conquistar a alguien podía implicar reunir valor, un par de amigos, una guitarra y cantar bajo la ventana a la luz de la luna. Hoy, el “me gusta” en redes sociales reemplazó al rasgueo nocturno.
7. La radio como centro de noticias
Hubo un tiempo donde se prendía la radio desde temprano: para escuchar las noticias, las décimas, los chismes del barrio o la música del momento. Hoy, con redes sociales y noticieros digitales, la radio se escucha cada vez menos.
8. El trueque entre vecinos
“Te doy uva, me das queso.” El intercambio directo era común, especialmente en barrios más tradicionales o en el campo. Era más que economía: era confianza. Hoy casi todo pasa por plata o por delivery.
9. Los carnavales de antes
Menos escenografía, más alma. Los carnavales eran caóticos, espontáneos, llenos de harina, agua, tambor, serpentina y guitarra. La calle era el escenario. Hoy se han vuelto más controlados, y en parte, más fríos.
10. El respeto profundo a los mayores
Antes, se los escuchaba, se les daba la palabra, se les cedía el asiento y se aprendía de ellos. Aunque aún hay respeto, la modernidad ha ido apartando a los mayores del centro de la conversación. Y con eso, perdemos sabiduría viva.
¿Y vos, cuál otra costumbre tarijeña sentís que se está perdiendo?
Contanos en los comentarios y ayudanos a construir memoria colectiva, porque si no la contamos nosotros, ¿quién lo va a hacer?
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